lunes, 9 de diciembre de 2013

Unas lonchitas, si us plau

Una de las tapas más típicas en cualquier bar es el jamón, de hecho hay templos gastronómicos en los que uno de sus mayores atractivos es la ristra de bellas pezuñas de porcino que cuelgan del techo, como si de una galería de arte se tratara. Esos móviles del placer, que no son obra de Calder, sino de un entrañable cerdito que ha aceptado sacrificarse para alimentar nuestras almas y nuestros michelines, son uno de esos baremos que nos sirven para medir la bondad de una taberna. Como el sabor de un carajillo de Baileys, la capa de grasa de las aceiteras o la forma de tirar o perpetrar las cañas.

Está claro que pedir un jamón tipo Joselito o 5 jotas es un desafío a la cartera. El problema es que se extendió el concepto de jamón como tapa 'cara', y a menudo un modesto Teruel es cobrado a precio de gasolina de 98 octanos Plus. El del Mesón Os Ancares, en Sicilia-Córcega siempre es excelente. No es precisamente barato, pero es tiro fijo y su relación calidad-precio es aceptable. El jamón es, de siempre, uno de los motivos que en rótulos o pintado alegremente con temperas en el vidrio, ha servido de polo de atracción. El de la foto que acompaña este artículo es de los más entrañables. Siempre que las 'j' estén dedicadas, que a saber si será el acrónimo de Juan Jaén Jinete u otro nombre similar...

martes, 19 de noviembre de 2013

Luchemos por el bar ibérico...

En estos momentos de incertidumbre económica, el auténtico bar ibérico, el 'Bar Manolo', 'Bar Lola' o 'Casa Pepe' de toda la vida, está en peligro de extinción. Esos humildes hosteleros que han nutrido a generaciones de panzas españolas a base de patatas bravas, tortilla o callos, necesitan nuestra solidaridad si no queremos que sucumban ante la pujanza de los 'Sandwich & friends' u otros engendros similares.

¡Compañeros, no os pedimos que desenfundéis vuestras hoces, como si fuerais 'segadors'! No hace falta que convoquéis a los 'soviets', ni que toméis la Bastilla. Ni siquiera que tiréis tomates al inquilino de La Moncloa o del Palau. Nuestra tarea revolucionaria consiste en tomar las barras de los locales de este tenor que aún existen, y alimentar nuestros espíritus con sus croquetas, con sus cañas, con sus fideuás, con sus albóndigas...

No penséis que se trata de actos triviales. Las futuras generaciones agradecerán nuestro gesto, nuestra lucha por preservar nuestro legado, nuestra memoria histórica. Pensad que hemos visto cosas que el resto de la humanidad no creería. Atacar cochinillos en llamas más allá de la calle Laurel. Hemos visto alitas de pollo brillar en la oscuridad, cerca de la Puerta del Sol. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia si no lo evitamos.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Esas pizarras mágicas...

Las pizarras de los bares, tascas, restaurantes y otros templos de la hostelería ofrecen al viandante motivos de alegría y satisfacción. Las mil maneras diferentes de sugerir a sus clientes el consumo de "frankfurs", "frantfuts", "francfurs" o "beikon", "becon" o "beicon" son ya clásicos. De vez en cuando aparece un mensaje diferente, en el que un sabroso producto made in Catalonia, como los tradicionales canelones, se convierten en un plato exótico que nos transporta al excitante mundo de la fontanería. ¿Un deseo profesional frustrado del camarero de turno? ¿una escasa atención en la clase de lengua española de la señorita Mari Puri?

lunes, 4 de noviembre de 2013

Nuevos hitos en la hostelería

Dos clientes agradecidos posan con un honrado trabajador de la hostelería que para ganarse el pan ha de contribuir a la imagen de la marca aguantando el símbolo del local, el euro al que cobran las cervezas y algunas tapas. Las franquicias, como es el caso de 'La sureña', se han adaptado a la crisis ofreciendo cubos de quintos a precios ridículos y raciones de combate para todos los gustos. Es la versión ibérica del fast-food. Siempre serán mejor que un Burger King, al menos educan a los más jóvenes en el gusto por el chiquiteo y por el picoteo...

miércoles, 30 de octubre de 2013

Top secret

No se lo digan a nadie. Ni a su tabernero favorito ni al que le tira la caña como si fuera un Cacaolat. Ni a su cuñado. Ni a su panda de "leones" o "huevones". Ni a sus mejores amigas. Ni al tendero. Ni a su concejal de medio ambiente. Estamos de vuelta. Barcelona on the rocks tendrá en unos meses la segunda parte. Que no será mejor, ni peor. Será la definitiva. Lo que las almas sensibles de esta ciudad estaban esperando. Seguiremos informando. Y vayan visitándonos, porque actualizaremos el blog con contenidos barísticos-hosteléricos-barriformes. En twitter y facebook ya damos guerra. Y este blog será la tercera pata del taburete de nuestra ofensiva. Con los contenidos de la singladura del primer volumen y de la antesala del segundo.

martes, 29 de octubre de 2013

Volvemos a la carga

Señoras, señores, registradores de la propiedad... volvemos a la carga con ánimos renovados tras haber disfrutado de las mejores y las peores barras de Barcelona durante estos meses de descanso. Hemos mantenido los contenidos anteriores del blog para que puedan consultar las referencias periodísticas del primer volumen de Barcelona on the rocks. Y comenzaremos nuestra nueva andadura con un recuerdo amargo, de esos que te marcan durante años. Sí, al fin hemos identificado la peor caña de Barcelona. Aunque nos lo merecemos, porque el local ya invitaba a ser engañado y estafado. Hablamos del mítico Zurich, esa ex taberna que sirve como punto de encuentro, y para poco más. En un momento de debilidad, y debido a que nuestros partenaires decidieron sentarse, se nos ocurrió pedir "una de barril". De barril de petróleo sería, porque ni sabía a cerveza, ni tenía gas, ni tenía ningún tipo de gracia. Salvo los 2,7 euros del ala que costó. Solo un consuelo: hemos tocado fondo, a partir de ahora solo podemos subir la escala de los tiradores de cerveza, porque más bajo es imposible caer. Recuerden, si han de ir al Zurich a trasegar, pidan directamente agua de fregar. Al menos no se sentirán estafados.